Cómo superar el miedo a conducir

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¿Te da miedo conducir o conoces a alguien que te ha confesado que lo siente? El miedo a conducir puede presentarse en cualquier momento. Y además de generar una gran angustia personal, puede convertirse en un peligro real para otros conductores. Hay dos soluciones: Dejar de ponerse al volante o enfrentar el miedo con ayuda. Afortunadamente, hay técnicas que funcionan para tomar la decisión menos drástica de las dos. ¿Quieres saber cómo…?

El miedo patológico a conducir es una fobia que tiene nombre propio: amaxofobia. Afortunadamente, no todas las personas que experimentan en un momento dado miedo a conducir la padecen. Hay circunstancias en las que se podría decir que es frecuente y normal que exista cierto miedo a conducir. Veamos algunas…

¿Es normal mi miedo a conducir?

Como psicólogo especializado en ayudar a personas a superar el miedo a conducir, te voy a explicar aquí si tu temor es “sano” o si se ha convertido en un miedo patológico. Piensa si estás en alguno de los siguientes casos (y sigue leyendo hasta el final…)

  1. Estás aprendiendo a conducir

Antes de aprender, o en las primeras clases prácticas para sacarse el permiso, es normal que la mayoría de las personas sientan miedo. Es un temor saludable, en cierto modo, porque no es poca la responsabilidad que el futuro conductor tendrá al ponerse al volante.

Lo normal es que el temor desaparezca paulatinamente a medida que uno adquiere confianza. Un buen profesor siempre debe transmitir seguridad al conductor novel.

  1. Has dejado de conducir mucho tiempo

Las personas que han dejado de conducir, por los motivos que sean, durante un largo periodo de tiempo también pueden sentir inquietud ante la idea de ponerse al volante.

Conducir un coche, como montar en bicicleta, es algo que no se olvida, pero es normal que las personas experimenten esa inseguridad al retomar la actividad.

No es infrecuente que acudan a una autoescuela a tomar de nuevo unas pocas clases para recuperar la confianza perdida y poner a punto sus habilidades al volante, lo que, lejos de ser una señal de inseguridad o baja autoestima, demuestra que se trata de personas con un alto sentido de la responsabilidad. Si alguien cerca de ti, o tú mismo, ha hecho esta elección, enhorabuena.

  1. Estás en el ocaso de tu etapa como conductor

A las personas mayores, con muchos años de carné a sus espaldas, también puede asaltarles el miedo a conducir en algún momento de sus vidas. Es cuando se deciden, a menudo impulsados por sus allegados, a dar el paso de dejar de conducir. Aunque hayan sido capaces de superar las pruebas psicotécnicas para renovar el permiso de conducción, a menudo son ellos mismos quienes se sienten menos seguros al volante y con menos reflejos que antaño.

Podría decirse que, el de los mayores, es también un temor sano y perfectamente normal.

  1. O estás en una de estas circunstancias momentáneamente…

Hay momentos en que cualquier conductor puede experimentar “miedo” a conducir. Si estás habituado a circular por zonas rurales, y vas a la ciudad; si de repente tienes que conducir “por la izquierda” en un viaje a otro país; ante las malas condiciones climatológicas… Y todo ello entraría dentro de la categoría de “normal”.

“Podríamos decir que, en la mayoría de estos casos, el miedo a conducir se da en circunstancias concretas, es transitorio y la persona se enfrenta al mismo con sus propios recursos sin que trascienda a mayores.”

¿Cómo saber si tu miedo a conducir es patológico…?

Los psicólogos identificamos el miedo patológico a conducir, o amaxofobia, como un miedo intenso, irracional y que no cede, produciendo en casos extremos temblores, sudores y mareos. La persona que lo siente se bloquea: su miedo existe, es real, aunque sea solo anticipando un peligro improbable. Como todas las fobias, limita a la persona que la padece y condiciona su vida.

Este tipo de situación es mucho más frecuente de lo que parece (hasta un 6 por ciento de los conductores españoles puede padecer amaxofobia). El problema puede aparecer sin motivo aparente, o como consecuencia de un accidente de tráfico, y lo sufren más las mujeres, quizá por su cautela proverbial demostrada estadísticamente.

De hecho, algunos estudios en Psicología han sugerido que puede haber un perfil más propenso a sufrir esta fobia: una persona perfeccionista, controladora y rígida, más bien indecisa y con baja tolerancia a la frustración.

En cualquier caso, no hay nada de lo que avergonzarse: si hasta los pilotos de avión pueden desarrollar en su carrera profesional “miedo a volar”, que no nos puede pasar al resto de los humanos…

Cómo se soluciona el miedo a conducir

Como ocurre con muchos miedos irracionales, la mejor estrategia para afrontar el problema es enfrentarse al mismo. Pero ¡cuidado! Tratándose de conducción y seguridad vial, hay mucho en juego… Por esa razón, lo correcto es afrontarlo de la mano de profesionales, psicólogos especializados que a veces, en una etapa avanzada del tratamiento, se pueden ayudar de técnicas como realidad virtual y simuladores de conducción.

Así puedo ayudarte

Una de mis áreas de especialización como psicólogo es ayudar a las personas que padecen miedo a conducir. En mi larga trayectoria en este ámbito tratando con muchas personas afectadas, he comprobado que la estrategia que mejor funciona para solucionar la amaxofobia es la terapia cognitivo conductual.

Con ayuda de esta terapia, vamos a plantearnos afrontar tu problema en tres etapas:

  1. Toma de conciencia de la conducta
  2. Técnicas de afrontamiento, relajación y control del pensamiento catastrofista
  3. Progresiva exposición al miedo.

El objetivo va a ser siempre desterrar el miedo a conducir, entendiendo que se trata de algo irracional que puedes controlar y reconducir. Al finalizar el tratamiento, habrás recuperado la confianza perdida y podrás sobreponerte a esa limitación.

Si necesitas que te ayude, no dudes en informarte sobre los talleres para superar el miedo a conducir que impartimos en Cecops o las terapias individuales. ¿Hablamos?

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